Borjas Paulino, Alejo
Bio. Alejo Borjas Paulino. Nació en Misantla el 17 de julio, de 1897 y ahí murió el 17 de julio de 1984. Fue el último recordante varón del totonaca misanteca urbano, conforme al habla del cuarto cuartel de Misantla. Todos sus antepasados eran del cuarto cuartel y se expresaban en misanteca. Contrajo nupcias definitivas con Martina Meza Romualdo, procreando con ella once vástagos, entre mujeres y hombres. Doña Martina, que poseía a fondo el misanteca urbano, dejó de existir en 1972. Como notables conservadores en misanteca, recordaba don Alejo a Francisco Reyes, Crispín Ríos, Andrés Felipe, Tiburcio Felipe y Julián Vázquez. De niño y joven, y hasta su primera madurez, escuchó en el hogar y en su asentamiento la lengua lugareña, misma que, como reconocen los lingüistas, no es, técnicamente hablando, un dialecto más, sino una lengua totonacana, hermana del papanteca, con tal número de diferencias con el segundo idioma mencionado, sin duda comparable, en otro ambiente lingüístico, al de los contrastes de distinta índole que apreciamos entre el castellano y el portugués. Los herederos de don Alejo aprendieron a oír el idioma pero no lo practican. Don Alejo fue sedentario: se desplazó poco por la región de Misantla y no recorrió otras del Totonacapan, lo que le permitió conservar las características misantecas impolutas, en contraste con la recreación del habla que experimento vitalmente doña Gabriela Contreras, anciana misanteca que sobrepasó los cien años de edad y que, siendo curandera muy solicitada en diferentes lugares, por ejemplo Colipa, Yecuatla, San Lorenzo, San Isidro, etc., había integrado a su idiolecto, configuración personal de su habla, elementos dialectales o subdialectales impropios del misanteca. De pequeño fue aprendiz y ayudante en una panadería, durante tres años. Entró a la escuela, de doce años. Estudió ocho meses del primer grado. Su profesor no aceptaba que hablara en misanteca. Luego se fue a un rancho con sus padres, por Los Ídolos, hasta los catorce o quince años. Durante su adolescencia labró el campo y también practicó la carpintería. A los dieciocho años tuvo su primera mujer. Cultivó maíz por el rumbo de la Cruz Chiquita y hacia arriba de Santa Cruz Hidalgo. Borjas, anciano ya, reflexionaba en las consecuencias que para su idioma materno, el misanteca, habían tenido las disposiciones de un político, el señor Canovas, quien ordenó, en su oportunidad, que la «gente que anda en calzoncillos (calzones)» se revistiera y dejara de hablar su lengua: «¿Por qué? Para el caso, si hablo francés soy indio; si hablo castilla, indio soy; si totonaca, indio... ¿Por qué se dejó de hablar?» (Colaboración de Castro, Carlo Antonio).
ver: Veracruz (estado).
Diccionario Enciclopédico Veracruzano / Roberto Peredo / UV