Olivares, Francisco T.
Bio. Francisco T. Olivares. Gestor social. Nació en Villa de Etla, Oaxaca, de familia de canteros. Después de vivir en San José Ixtapan, se trasladó a Villa de Santa Rosa, municipio Necoxtla (posteriormente Camerino Z. Mendoza). Síndico del Ayuntamiento de Ciudad Mendoza de 1926 a 1928, se le comisionó para entrevistarse personalmente con el presidente de la República Plutarco Elías Calles a fin de informarle –dado el pacto de unidad celebrado por los trabajadores con los gobiernos surgidos de la Revolución– de los planes de insurrección de los generales Guadalupe Sánchez y Arnulfo R. Gómez, en 1927, a los que estaban invitados algunos grupos de trabajadores. En 1936 participó en las elecciones federales, como candidato a diputado federal por el Partido Veracruzano del Trabajo, filial del Partido Laborista, órgano político de la CROM. A pesar de obtener el triunfo electoral por abrumadora mayoría, el Colegio Electoral de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, dictaminó en su contra. De 1953 a 1956 diputado local electo en el distrito de Orizaba, consiguió becas para los hijos de los trabajadores, plantas de gasolina para producir energía eléctrica para las comunidades indígenas, plazas de maestros, aulas escolares, caminos y otros beneficios para los municipios del distrito. Secretario general del Sindicato de Trabajadores y Artesanos Progresistas de la Fábrica de Santa Rosa, secretario general de la Confederación Sindicalista de Orizaba, Secretario. General de la CROM estatal de Veracruz, fundador de la CROC estatal, posteriormente se desempeñó como procurador del Trabajo, litigando en materia laboral en forma autodidacta, dados sus pocos estudios formales. Luchador incansable a favor de aplicar la legislación derivada del Artículo 123 Constitucional, escribió muchos artículos en el periódico Pro-Patria, del que fue director en varias ocasiones. Redactó también anteproyectos de ley, informes, manifiestos y discursos.
ver: Veracruz (estado).
Diccionario Enciclopédico Veracruzano / Roberto Peredo / UV