Lencero, Hacienda del

Última modificación por Roberto Peredo el 2017/08/13 17:32

(Corren diversas versiones sobre el origen del nombre de la ex-hacienda. En una de las más conocidas se dice que proviene de lencería, ya que uno de sus primeros dueños era comerciante en este ramo. En Antonio de Ciudad Real, hacia 1588, la encontramos como Venta del Lencero. En Humboldt, aparecen la dos grafías que utilizamos aquí. Otros utilizan El Encero, pero no así Orozco y Florescano que prefieren Lencero. Pasquel (1972) ofrece la versión de M. E. Vigneaux, llegado a México con el conde Raousset-Boulbon. Ahí se dice que El Lencero es un «... establecimiento fundado poco tiempo después de la conquista por un español conocido con ese apodo». Vigneaux añade la versión de Bernal Díaz, donde se afirma que el lencero era buen soldado, y que murió habiendo tomado el hábito de los mercedarios).

Otros nombres: El Encero

Geo. Pol. Antigua hacienda cañera. Sitio turístico, cerca de la congregación de este nombre, del municipio Emiliano Zapata, antigua propiedad de Antonio López de Santa Anna. En la actualidad se ha restaurado y sirve como museo, que contiene principalmente mobiliario de la época. Un espejo curvo, quizá propiedad de Su Alteza Serenísima, permite a quien se refleja, verse más delgado, característica que habla de la vanidad de quien mandó diseñarlo. En las antiguas caballerizas se localizan algunos carromatos antiguos. Cuenta la leyenda que el cisne negro, habitante de las aguas del lago artificial ahí situado, es el alma de Santa Anna condenada a deambular sin descanso. Se dice también que la capilla del lugar fue construida para albergar a la Virgen de la Candelaria de El Chico, cuando el prepotente gobernante decidió que la imagen, con fama de milagrosa, debía estar cerca de él. Un árbol de copa muy extendida llama la atención de quien visita los jardines de la ex-hacienda. Con frecuencia fue acantonamiento de tropas en tiempos de la colonia y hasta la caída de Santa Anna. Al parecer, Ignacio Allende, afín a los sueños independentistas del porteño Antonio Merino, fue oficial de algunas de esas tropas cuando se acercaban las luchas libertarias.